Propuestas para ordenar la pesquería de langostino
En el sector empresario se estudian alternativas de ordenamiento, que se presentarán a las autoridades con el fin de contribuir a evitar la sobreexplotación del recurso y el deterioro de un negocio millonario que genera miles de puestos de trabajo registrado y divisas para el país.
Una veintena de empresas se encuentra ensayando propuestas de ordenamiento para contribuir con las autoridades en la generación de medidas que permitan acotar la pesca olímpica y mejorar las condiciones de calidad del langostino salvaje y natural que se está exportando. No hace referencias a las ya existentes e incumplidas como el tiempo de arrastre y entre lances, o el horario de pesca. Se trata de propuestas para limitar el número de barcos, la capacidad de captura, de bodega y de acceso al recurso.
La definición de un criterio único para las reformulaciones y la determinación de cupos ocupa el primer lugar. La tarea no es sencilla: a partir de 2013 comenzó a permitirse el ingreso de buques a la pesquería mediante la reformulación de permisos. En un principio el antecedente de captura de langostino era una condición ineludible, pero con el correr del tiempo se fue degenerando y se llegó a 2021 con decenas de reformulaciones que transformaron variado costero, especies pelágicas y hasta calamar en una autorización de captura de langostino.
Volver al historial de captura de langostino es la alternativa propuesta por un grupo de empresas, pero a esta altura y con más de 200 barcos habilitados para pescar langostino, seguramente deberá debatirse en profundidad si la pesquería puede resistir el ingreso de más barcos. Las alarmas sobre el aumento del esfuerzo pesquero que se han dado desde el INIDEP parecerían indicar que la era de las reformulaciones ha terminado y probablemente, incluso, se requiera revisar el cupo de las autorizaciones otorgadas y la legalidad de los permisos.
Para la flota fresquera proponen volver a los cajones con 17 kilos, a los que se les deberá determinar la proporción de hielo para revertir la duplicación de bodega y pérdida de calidad que se generó con la implementación de cajitas del mismo peso, pero con una posibilidad de estiba mucho mayor. También se propone limitar el número de cajones y establecer un plazo máximo de regreso a puerto de 96 horas.
Para los congeladores se propone no pescar en aguas provinciales, y algunos incluso han propuesto cerrar el ingreso para evitar saturar el mercado y establecer un tope de capacidad de bodega de 2.000 toneladas para los nuevos barcos que ingresen en reemplazo de reformulaciones anteriores.
Mantener las medidas de protección sobre el AIER y no permitir el aumento del esfuerzo pesquero sobre el langostino de Rawson con la incorporación de buques de Buenos Aires, forma parte de los borradores que empresas con buques fresqueros y congeladores ensayan y acercan a las autoridades.
Desde varios sectores señalan que entre las empresas con barcos fresqueros, mayoritariamente marplatenses, quienes en su mayoría no procesan sus capturas, existe cierta conciencia del impacto negativo que la pesca olímpica del recurso está generando. Por lo que se estima no habría resistencia en la implementación de nuevos parámetros de ordenamiento.
El control y vigilancia jugarán un papel importante. Los mecanismos para poder dar cumplimiento a una normativa que ya existe y se vulnera deberán repensarse en virtud de las herramientas tecnológicas y los recursos humanos disponibles, debiendo involucrar posiblemente a otros órganos de control del Estado. La administración del recurso, tan cuidada desde el punto de vista biológico, tuvo su contracara negativa en el relajamiento de los controles y la multiplicación de esfuerzo pesquero que requiere medidas urgentes.
Los investigadores del INIDEP están haciendo un trabajo impecable. No solo siguen el recuso dando diagnósticos siempre acertados, a pesar de la imprevisibilidad de la especie, sino que, además, son capaces de generar alertas para evitar un desastre en medio de la temporada. Pero en sus manos solo está mostrar lo que sucede, el resto corre por cuenta de los que pescan y de las autoridades.
Es importante recordar que el inmenso trabajo que realizan los investigadores del INIDEP, tanto de esta pesquería como de todas las del Mar Argentino, lo hacen percibiendo sueldos miserables, cercanos a la línea de pobreza.
Fuente: Revista Puerto