Obispo García Cuerva participó del rezo del papa por la paz en Ucrania
El papa Francisco realizó este viernes la Consagración de Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María en la Basílica de San Pedro. El obispo de la Diócesis de Río Gallegos, de visita en Roma, participó del acto espiritual.
Fuente; La Opinión Austral
El obispo de la Diócesis de Río Gallegos, Jorge Ignacio García Cuerva, se encuentra en Roma desde el jueves pasado.
Con motivo de la reunión de la Congregación para los Obispos, que se realiza cada 15 días, García Cuerva viajó para participar presencialmente tras hacerlo de manera virtual desde julio de 2021 cuando fue nombrado integrante.
La Congregación para los Obispos es una de las nueve de la Curia Romana, que tiene como responsabilidad realizar la selección de los nuevos obispos antes de la aprobación papal y de sus formaciones garantizando así el magisterio del papa Francisco.
Como parte de la agenda, este viernes participó de la Consagración de Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María, que realizó el papa Francisco en la Basílica de San Pedro durante la celebración de la Penitencia. En simultáneo, la consagración se realizó en Fátima por el cardenal Krajewski, como enviado del papa.
«En unión con los obispos y los fieles del mundo, deseo solemnemente llevar al Corazón Inmaculado de María todo lo que estamos viviendo; renovar a Ella la consagración de la Iglesia y de la humanidad entera y consagrarle, de modo particular, el pueblo ucraniano y el pueblo ruso, que con afecto filial la veneran como Madre», expresó el pontífice.
Antes de finalizar, el papa indicó que estas palabras «no son una fórmula mágica», sino un acto espiritual ya que es el gesto «de la plena confianza de los hijos que, en la tribulación de esta guerra cruel e insensata que amenaza al mundo, recurren a la Madre, depositando en su corazón el miedo y el dolor, y entregándose totalmente a ella».
Hace unos días, los obispos católicos de Ucrania pedían la consagración pública a ambos países al Corazón Inmaculado de María, tal y como lo pidió la Virgen de Fátima en sus apariciones en 1917.
De esta manera, desde la Iglesia Católica, esperan que con la consagración pública se ponga fin a la guerra que comenzó el 24 de febrero con la invasión de las tropas rusas a Ucrania. Cabe señalar que la consagración de Rusia y el mundo entero al Inmaculado Corazón de María ya la hizo el papa Juan Pablo II en 1984 en el Vaticano.
Desde Roma, el obispo se comunicó con la Diócesis y compartió la imagen de la Virgen de Fátima, y su oración por la que encomienda a ella toda la vida de la Diócesis.
En los primeros días, de los 15 que estará en Roma, el obispo ya mantuvo un encuentro con el papa Francisco en la residencia de Santa Marta que, este medio pudo saber, fue fraterno.