Marcos Knez: el guitarrista de Pico Truncado que deleita a los pasajeros del crucero más famoso del mundo

Nació en Santa Cruz y desde el 6 de enero emprendió un nuevo viaje por el Atlántico. Es parte de una banda musical en la que aporta su arte con la guitarra. La oportunidad llegó en su época de estudiante en Córdoba mediante un docente que hacía estas travesías, le aportó contactos y pasó un año hasta que logró ser aceptado. Estima desembarcar el 26 de julio en Estocolmo.
Fuente: La Opinión Austral

El 6 de enero el guitarrista de Pico Truncado, Marcos Knez, subió al Seven Seas Splendor para sumarse a la banda estable del crucero más nuevo y lujoso del mundo que cuenta con habitaciones en suits, baños enteramente de mármol y hasta cuadros originales de Picasso.

Desembarco
Por al menos 6 meses navegará por los mares, para desembarcar el 26 de julio en Estocolmo, si la pandemia lo permite, aunque este tiempo puede variar. Desde que comenzó en Miami, el “homeport” (nombre que se le asigna al punto de partida y llegada de cada recorrido), ha recorrido diferentes puertos del Caribe, entre ellos Bahamas, Belice, Saint Martin, Key West, Antillas Holandesas, entre otros.

Estos recorridos se deben a que, en el hemisferio norte es invierno, pero ya a partir de abril atraviesa el Atlántico en plena temporada alta y luego cruzar Europa: España, Portugal, Italia, Francia, Alemania, Reino Unido, San Petesburgo, Finlandia, Noruega, etc.


Experiencia
Esta no es la primera vez que Marcos sube a estas embarcaciones. Trabajó para Royal Caribbean, en tres de los 26 barcos de la empresa: Enchantment, Liberty y Radiance. Muy diferente a la cadena en la que viaja en la actualidad que son una flota lujosa de alrededor de 5 unidades.

Oportunidad
Esta experiencia tiene un comienzo en su época como estudiante en Córdoba, donde mediante un docente que debía dejar las clases porque se embarcaba, consiguió los contactos y la preparación para comenzar a auditar para estas aventuras sobre los mares del mundo.
Comentó que las exigencias son elevadas. Para poder conseguir un lugar tuvo varias audiciones mediante Skype (“pifies” de por medio), le llevó más o menos un año, aclara Knez. La agencia manda las partituras, se imprimen y leen en el momento y se esa presión y el buen desempeño depende el quedar o no.

Ahora ya como parte de la orquesta del barco comparte con varios músicos, algunos vienen solos, como dúo o como una banda ya armada en tierra y tocan en diferentes salones o bares que hay, pero no es su caso, el siempre toca en el teatro junto a bailarines y cantantes en shows que pertenecen a la empresa.


Como músico, destaca Marcos, la parte más interesante es cuando suelen subirse artistas que están solo por 3 o 4 días arriba del barco, son los «Guest Entertainment», vienen solos con un show armado, dan sus partituras y deben ensayar con ellos en una tarde (generalmente 1 hora ó hora y media) y unas horas después, se presentan sobre el escenario.

Es necesario ser ágil leyendo música e improvisando, además de conocer varios estilos
Por este motivo es lo exigente de las pruebas de ingreso, es necesario ser ágil leyendo música e improvisando, además de conocer varios estilos (rock, pop, jazz, funk, blues, etc).

Generalmente, estos artistas que suben por pocos días son cantantes solistas y todos hacen covers pero también hay violinistas, pianistas, etc. Dentro de los shows hay tributos a grandes clásicos, hasta ahora le tocó uno a Michael Jackson y otro a Queen (por palabras de Knez, el que más se ha destacado).
Si bien se pide que hable inglés, aunque sea con poco ya pudo subir, lo demás lo “aceitas” arriba, hay latinos trabajando en otras áreas, así que le problema de la comunicación no existe.

Los músicos son de origen variado, asegura que hay muchos rusos o ucranianos, pero también hay argentinos, estadounidenses, italianos, ingleses, israelíes, belgas. Con ellos tocan casi todos los días, y por día alrededor de unas 4 o 5 horas como mucho.


Toda esta diversidad de artistas se entremezcla en los lujos que brinda arriba el barco, es como una mini ciudad o un “hotel flotante” como le suelen decir, afirma Knez.

Lujos a bordo
Hay restaurantes, bares, un teatro donde, además de haber shows, también se proyectan películas. Hay fotógrafos, spa (masajes, maquillaje, corte de pelo, tratamientos para la piel, sauna, acupuntura y hasta para quien desee, colocarse botox) un gimnasio, una guardería para niños, canchas de básquet y fútbol, dos piletas, juegos acuáticos (simulador de olas, toboganes) rockwall para escalar, un mini golf y una cancha de tenis.

Sumergido entre todos estos lujos y excentricidades se encuentra el truncadense, que se luce junto a su guitarra sobre el escenario.

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