“La sequía ha sido realmente brutal, pero el productor no se rinde”

Cuarta generación de productores en el este de la provincia, Alejandro Nieto comparte la evolución que han tenido y los desafíos de la producción ovina: certificar, capacitarse y el cuidado de los pastos naturales son temas fundamentales.
Fuente: La Opinión Austral

La historia de Alejandro Nieto vinculada al campo viene de su bisabuelo, don Carmen Ramos, que fue el primero de la familia en llegar a la zona de Puerto Deseado arriando ovejas desde Baradero, Buenos Aires. La pasión rural ha trazado una línea directa de generación en generación hasta hoy.


“Hasta no hace mucho se producía igual que los últimos 100 años, pero en los últimos años la producción ha tenido un cambio tecnológico importante, cuantificable, con la incorporación de genética de alta calidad y el manejo con rotaciones para un mejor aprovechamiento de las pasturas”, contó Nieto. También tienen en el radar las certificaciones (de calidad, de bienestar animal), un tema central para el productor.
Nieto cree que todos esos cambios que vienen del consumo hacia la producción “están obligando al productor a ser mejor en un mercado que impone innovar y el que no se tecnifique y entienda que hay que hacer certificación orgánica, de calidad y de bienestar animal, va a estar cada vez más complicado para colocar su lana o la podrá vender a un menor precio”.

Cambios en la nutrición
Otro de los cambios, además de la genética, es el uso racional de los pastizales, algo que cada vez tiene más aceptación y entendimiento por parte de los productores. “Los últimos 2 años, a partir de un estudio de suelo y materia seca disponible, entendimos que era necesario hacer un aprovechamiento razonable del pasto que estaba disponible para criar ovejas”.
“Nos dimos cuenta -siguió diciendo- que las cargas estaban demasiado altas e hicimos un plan para bajarlas de forma gradual, teniendo en cuenta que no se caiga la cantidad de kilos de lana, eso nos está permitiendo ir hacia un punto de equilibrio para aprovechar mejor el pasto, el agua y maximizar la producción de lana y carne”.

Este año, además, debido a las condiciones climáticas complicadas, van a trabajar con suplementación, con bloques nutricionales que se arman dentro del campo de manera sencilla. “Me parece que será la forma en la que vamos a poder cuidar mejor nuestros suelos y a los animales, porque sabemos que lo que un productor no puede perder es suelo, eso no se recupera”, apuntó el productor.

En la evolución, Nieto marcó que empezaron con lanas de 23 micrones, pero con la incorporación de genética y también apuntalando la nutrición, llegaron a lotes generales de 20,5 micrones y algunos casos puntuales de 19,2.

Certificaciones
Una de las cosas que repite Nieto como fundamental, ya no sólo para él y el establecimiento familiar, sino para la producción de la provincia, son las certificaciones.

“La certificación es fundamental para el siguiente eslabón comercial, el que nos compra la lana”, apuntó Nieto. “Se lo piden los consumidores, hay un mercado dinámico que cambió los últimos 10 años más que los últimos 100. Tenemos un desafío importantísimo”.
Sobre cuán complicado es certificar, el productor explicó: “He tenido suerte porque mi padre ha sido siempre muy prolijo y tenía todo muy ordenado, por lo que cuando empezamos a certificar no tuvimos mayores contratiempos”. Ese orden le ha permitido a Nieto, que aunque estuvo siempre en el campo hace apenas un año y medio que está a cargo, poder cometer errores “sin pagarlos tan caro”.

“El productor patagónico está acostumbrado a pelear, a no rendirse. Creo que cualquiera que se lo proponga puede certificar, sobran personas con capacidad para afrontarlo”, opinó.

Impacto del clima
“La sequía en la provincia ha sido realmente terrible, brutal”, lamentó Nieto. “En el Departamento de Deseado ha llovido un poco más en algunos sectores y en otros menos, pero en general la sequía fue algo realmente violento para la producción de la provincia”, indicó Nieto.

El productor contó también que todas las vertientes de agua bajaron, generando que, por ejemplo, bombas sumergibles que estaban bajo agua quedaran sobre el agua. “Bajamos a los pozos a limpiarlos bien, por si tenían arena, pero no, fue la falta de agua de lluvia que ha generado, que el agua subterránea haya bajado también muchísimo”, aportó.

Las cuestiones climáticas y la incertidumbre económica “armaron una tormenta perfecta”
En esa línea, los productores recibieron con agrado la declaración de “emergencia agropecuaria” por parte de la gobernadora Alicia Kirchner por el lapso de un año (fue en febrero, en el marco de la Exposición Rural de Río Gallegos, vía Decreto N° 0185).

Nieto enumera algunos de los desafíos que tienen los productores ovinos de la provincia. “En nuestro caso puntual, retomar la inversión en genética, el tema es que no podemos pensar cosas de mediano y largo plazo sin tener claro qué puede pasar con la macroeconomía, la política monetaria y la brecha cambiaria”, dijo.

“Es difícil ir a comprar un carnero puro para inseminar si no sabés cuánto va a valer la lana, a qué dólar, con que inflación, cuánto voy a tener que pagar de sueldos, etc está todo tan raro y hay tanta incertidumbre que es difícil hacer un plan, encima, debido a cuestiones climáticas, se ha armado una tormenta perfecta”, enfatizó el productor.

Otro desafío, en este caso productivo, es seguir haciendo captación de agua en distintos lugares del campo para hacer un aprovechamiento del pastoreo. “También es muy importante para nosotros y debería serlo para todos la capacitación del personal, hoy le estamos dando mucha fuerza porque entendemos que es mejor para todos”, manifestó.

La participación de las nuevas generaciones permite avizorar la continuidad
Por supuesto que en la lista de preocupaciones por resolver está el tema de los depredadores y del guanaco, que “siguen sin una solución”. Hay un proyecto pronto a presentarse a las autoridades de hacer un conteo satelital, lo que facilitaría la logística y daría, a ciencia cierta, un dato. “Hoy tenemos que ponerle un número real al problema, sino es difícil avanzar, y esto creo va a ser un principio de solución”, aportó Nieto.

“Hay una generación en formación que son mis hijos y ellos van al campo cada vez que el colegio se los permite”, cierra y sueña Alejandro Nieto

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